Joan Augé Solé (1927) - Día de otoño en el campo [114x133]

Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte de Joan Augé donde se ve representado una preciosa escena de unos nómadas. Se ve una calidad pictórica muy destacable en la obra. Obra muy exclusiva del pintor al ser un gran formato.

· Las medidas de esta obra con marco son: 114x133x7 cm.
· Las medidas de esta obra sin marco son: 80,5x99 cm.
· Se trata de un óleo sobre tela de gran formato firmado a mano por el pintor en el margen inferior izquierdo.
· Esta pieza se encuentra en excelente estado.

La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).

Procede de una colección privada de Girona.

El cuadro será perfectamente embalado por un profesional de IVEX y enviado por Correos o GLS con su código de seguimiento único. Envíos a todo el mundo.

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Este cuadro nos transporta a un entorno natural donde el otoño parece haber dejado su huella en el paisaje. Los árboles altos y esbeltos, con sus hojas en tonos amarillos y marrones, dominan gran parte de la escena, creando una sensación de tranquilidad y armonía con la naturaleza. En el fondo, dos carretas de madera tiradas por caballos avanzan lentamente, con un grupo de personas alrededor de ellas. Se percibe una actividad tranquila, tal vez una pausa en el camino o una jornada de trabajo en el campo. Los personajes, con vestimentas sencillas, parecen compartir momentos cotidianos en un entorno rural.
En primer plano, un pequeño riachuelo cruza la escena, reflejando los colores del paisaje otoñal y añadiendo una sensación de frescura y movimiento. Una figura, sentada en la orilla, parece absorta en sus pensamientos o en alguna tarea sencilla, lo que aporta un toque de intimidad y conexión con la naturaleza. El contraste entre el agua cristalina y los tonos cálidos del follaje crea una atmósfera de serenidad que invita a la contemplación.
El cielo es claro, con nubes suaves que acompañan al fondo montañoso, sugiriendo que el día está cerca de su final. El paisaje ofrece una profundidad natural, donde las montañas lejanas parecen perderse en la distancia, acentuando la sensación de paz que predomina en el cuadro.
En conjunto, este cuadro evoca la belleza tranquila de la vida rural en otoño, capturando un momento de pausa en medio de un paisaje lleno de colores cálidos. La interacción entre los personajes y la naturaleza refuerza una sensación de equilibrio, donde el ser humano y el entorno parecen fundirse en una experiencia compartida y armónica.