École Européenne (XX) - La dame au vase

Pictura subastas presenta esta magnífica obra de arte de la escuela europea del siglo XX en la que se ve representado un dama con un jarrón. Se ve una cualidad pictórica muy destacable en la obra.

· Las medidas de esta obra con marco son: 96x77x6 cm.
· Las medidas de esta obra sin marco son: 78,5x59 cm.
· Se trata de un óleo sobre tela del siglo XX.
· Esta pieza se encuentra en excelente estado.

La obra se vende con precioso marco de época (incluido en la subasta como regalo).

Procede de una colección privada de Girona.

El cuadro será perfectamente embalado por un profesional de IVEX y enviado por Correos o GLS con su código de seguimiento único. Envíos a todo el mundo.

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Este cuadro presenta una imagen conmovedora de una mujer en un entorno rústico, capturada en un momento de introspección o descanso. La mujer, vestida con una falda larga de color azul y un chal rosa vibrante que envuelve sus hombros, sostiene con cuidado un cántaro en sus manos. Su expresión es serena, pero refleja una profunda reflexión, como si estuviera absorta en sus pensamientos mientras contempla el objeto que tiene en sus manos.
El ambiente interior donde se encuentra la mujer es oscuro y sombrío, lo que resalta aún más su figura iluminada por una suave luz que parece provenir del exterior. A la izquierda, un gran jarrón de barro verde se asienta en el suelo, complementando la paleta de colores terrosos que dominan la escena. Detrás de la mujer, se abre una puerta en forma de arco que da paso a un paisaje exterior soleado, donde los árboles y un camino dorado por la luz del sol contrastan con la penumbra del interior. Este contraste de luces y sombras simboliza posiblemente la dualidad entre el interior y el exterior, lo introspectivo y lo expansivo.
El chal rosa que cubre los hombros de la mujer añade un toque de calidez y vitalidad a la composición, mientras que su postura ligeramente encorvada sugiere un momento de pausa, quizá después de una tarea realizada o en medio de un día de trabajo. El cántaro que sostiene, un objeto cotidiano, se convierte en un símbolo de sustento y conexión con la vida rural, reforzando la sensación de una escena auténtica y profundamente humana.
En conjunto, el cuadro transmite una sensación de quietud y dignidad, capturando la esencia de la vida sencilla pero rica en significados. La combinación de la figura femenina, la luz que entra desde el exterior, y los elementos rústicos del entorno crean una atmósfera íntima que invita al espectador a reflexionar sobre la vida cotidiana y la belleza que se encuentra en los momentos más simples.