Pictura subastas presenta esta magnífica obra de arte de Enrique Pastor en la que se ve representado una preciosa escena taurina. Se ve una cualidad pictórica muy destacable en la obra. Obra muy característica del pintor. · Las medidas de esta obra con marco son: 81x64x6 cm. · Las medidas de esta obra sin marco son: 46x31 cm. · Se trata de un óleo sobre tabla firmado a mano por el pintor en el margen inferior derecho, Pastor. · Esta pieza se encuentra en excelente estado. La obra se vende con precioso marco dorado (incluido en la subasta como regalo). Procede de una colección privada de Girona. El cuadro será perfectamente embalado por un profesional de IVEX y enviado por Correos o GLS con su código de seguimiento único. Envíos a todo el mundo. ------------------------------------------------------------------ Este cuadro presenta una escena vibrante y dinámica de una corrida de toros. En el centro, un torero vestido con un traje de luces dorado y rojo se enfrenta a un toro negro. La postura del torero es firme y elegante, con el torso ligeramente inclinado hacia adelante y el brazo izquierdo extendido sosteniendo una capa roja. La capa parece ondear ligeramente en el aire, añadiendo movimiento a la escena. El toro, con su gran tamaño y presencia imponente, está casi completamente cubierto en sombras, lo que aumenta la tensión de la imagen. Se puede ver que el toro tiene banderillas clavadas en su lomo, mostrando que la corrida está en una fase avanzada. La cabeza del toro está bajada, con los cuernos apuntando peligrosamente hacia el torero, quien parece concentrado y en pleno control de la situación. El fondo del cuadro es minimalista, con un tono neutro que hace resaltar aún más la interacción entre el torero y el toro. La falta de detalles en el fondo dirige toda la atención hacia el dramático enfrentamiento en primer plano. El uso de colores cálidos y oscuros crea un contraste interesante que añade profundidad y realismo a la escena. Los detalles en el traje del torero, así como en el movimiento de la capa y la actitud del toro, están representados con gran precisión y dinamismo. En conjunto, este cuadro captura la esencia de la tauromaquia, transmitiendo la tensión, la elegancia y el peligro inherente a esta tradición. La figura del torero, con su postura decidida y su traje resplandeciente, contrasta con la forma oscura y amenazante del toro, creando una composición llena de movimiento y dramatismo. Los tonos utilizados en la pintura realzan la sensación de un momento congelado en el tiempo, donde la valentía y la destreza del torero se enfrentan a la fuerza bruta del toro. La simplicidad del fondo permite que el espectador se enfoque en los detalles más importantes, haciendo que cada gesto y cada movimiento cobren vida. Este cuadro no solo representa una escena típica de una corrida de toros, sino que también logra transmitir la intensidad y la emoción que caracterizan a este evento tradicional.