Joan Augé Solé (1927) - El pueblo

Pictura subastas presenta esta magnífica obra de arte de Joan Augé Solé en la que se ve representado un precioso pueblo. Se ve una cualidad pictórica muy destacable en la obra. Obra muy característica y exclusiva del pintor.

· Las medidas de esta obra con marco son: 35x40x4 cm.
· Las medidas de esta obra sin marco son: 18,5x23 cm.
· Se trata de un óleo sobre tabla firmado a mano por el pintor en el margen inferior derecho, J. Augé Solé.
· Esta pieza se encuentra en excelente estado.

La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).

Procede de una colección privada de Girona.

El cuadro será perfectamente embalado por un profesional de IVEX y enviado por Correos o GLS con su código de seguimiento único. Envíos a todo el mundo.

------------------------------------------------------------------

Este cuadro presenta una escena rural tranquila, capturando la esencia de un pequeño pueblo o aldea rodeado por un entorno natural. Las casas, con techos de tejas de tonos rojizos y paredes en tonalidades suaves, se agrupan en el centro de la composición, creando un sentido de comunidad y cercanía. Estas construcciones parecen ser modestas, lo que sugiere que se trata de una población sencilla, tal vez en un lugar apartado o en medio de un paisaje de montaña.
Al fondo, una frondosa vegetación se despliega, con árboles altos y robustos que enmarcan el horizonte. Entre ellos, se destacan un par de cipreses, que con su forma esbelta se elevan hacia el cielo, aportando verticalidad y equilibrio a la composición. Detrás de los árboles se insinúan montañas que se desvanecen en la distancia, envueltas en un ambiente nebuloso y azul, lo que añade una sensación de profundidad y vastedad al paisaje. El cielo, cubierto de nubes suaves, refleja una atmósfera calma, como si la escena se desarrollara durante una tarde plácida.
En primer plano, un camino serpentea hacia las casas, invitando al espectador a recorrerlo con la vista. Junto al camino, una figura solitaria aparece de espaldas, caminando en dirección al pueblo. Su presencia humana da vida a la escena, aportando un toque de movimiento en medio de la quietud. También se destaca un pequeño estanque o área circular de agua en el centro, cuyas orillas están bordeadas por vegetación y arbustos, lo que añade un componente acuático al entorno rural.
La paleta de colores utilizada en el cuadro es suave y armoniosa, con predominancia de verdes, azules y tonos terrosos que capturan la esencia natural del lugar. Los tonos fríos en el fondo contrastan con los cálidos en el primer plano, creando un equilibrio cromático que realza la tranquilidad del ambiente.
En conjunto, este cuadro refleja la serenidad y belleza de la vida rural en un entorno natural, capturando la relación entre el ser humano y su entorno en un paisaje que invita a la contemplación. Es una obra que transmite una sensación de paz y simplicidad, evocando la conexión con la naturaleza y la vida cotidiana en un rincón apartado del mundo.