Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a la escuela catalana, que representa la tranquilidad y la autenticidad del entorno rural, donde la naturaleza y el hogar se funden en un espacio de silencio, trabajo y profunda conexión con la tierra. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite. · Dimensiones con marco: 57,5x68,5x4 cm. · Dimensiones sin marco: 39,5x49,5 cm. · Óleo sobre tabla firmado a mano por el artista en la parte inferior derecha. · La pieza se encuentra en buen estado de conservación. · La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo). La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona. Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote. El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte. El envío se realizará por Correos o GLS con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional. ------------------------------------------------------------------ Este cuadro retrata con profunda calidez y encanto una escena rural de gran serenidad, donde la naturaleza y la vida campesina se entrelazan en perfecta armonía. En el centro de la composición, dos casitas blancas se alzan con sencillez y firmeza sobre una suave elevación de tierra rojiza, cuyas pinceladas transmiten el peso del tiempo, la pisada del trabajo y el paso de las estaciones. Sus tejados oscuros contrastan delicadamente con las fachadas, marcadas por sombras sutiles y detalles que insinúan ventanas, puertas y muros desgastados que cuentan historias de generaciones que han habitado en su interior. La tierra que conduce hacia las viviendas forma un camino de barro que serpentea con naturalidad y se vuelve protagonista visual, invitando al espectador a seguirlo, casi como si caminara hacia ese refugio tranquilo alejado del bullicio. A los lados del sendero, restos de cántaros, herramientas o elementos de labranza parecen haber sido olvidados al paso del tiempo, fundiéndose con el paisaje como testigos silentes del esfuerzo humano y de una vida simple, pero profundamente conectada a la tierra. A la izquierda del cuadro se adivina un campo trabajado, con trazos que simulan surcos agrícolas, posiblemente preparados para una próxima siembra, y que sugieren actividad y permanencia. A la derecha, una pequeña laguna serena refleja parte del entorno, con juncos y vegetación que crece libremente en sus orillas. Este cuerpo de agua añade una pausa visual a la escena, un momento de contemplación, como si el paisaje se tomara un respiro, deteniéndose en su propio reflejo. El fondo del cuadro está dominado por árboles esbeltos, de copas suaves, que rodean con cariño las casas y les brindan una protección natural. La paleta de colores cálidos del cielo, en tonos beige y tostados, aporta una atmósfera envolvente de calma otoñal o de luz al atardecer. No hay presencia humana visible, pero todo el entorno habla de humanidad, de la huella constante y respetuosa de quienes habitan este rincón de mundo. En conjunto, este cuadro captura la belleza callada de la vida rural, exaltando la relación íntima entre el hogar, la tierra y la naturaleza que lo acoge, en una composición equilibrada que transmite paz, memoria y arraigo.