Xavier Viñolas Pujol (1915-2002) - La Fageda d'en Jordà

Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte de Xavier Viñolas donde se ve representado la preciosa Fageda d'en Jordà. Se ve una cualidad pictórica muy destacable en la obra. Obra muy exclusiva del pintor.

· Las medidas de esta obra con marco son: 34,5x40,5x4 cm.
· Las medidas de esta obra sin marco son: 15x20,5 cm.
· Se trata de un óleo sobre tabla firmado a mano por el pintor en el margen inferior izquierdo, Xavier Viñolas.
· Esta pieza se encuentra en excelente estado.

La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).

Procede de una colección privada de Girona.

El cuadro será perfectamente embalado por un profesional de IVEX y enviado por Correos o GLS con su código de seguimiento único. Envíos a todo el mundo.

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Este cuadro captura la tranquilidad de un entorno natural donde un hombre se aventura sobre un pequeño puente improvisado, hecho con un tronco de árbol, que atraviesa un riachuelo. La escena parece desarrollarse en un bosque o un parque frondoso, donde los tonos verdes y marrones dominan el paisaje, resaltando la frescura y vitalidad de la vegetación circundante. A la izquierda, se alzan varios árboles robustos con troncos marrones que se elevan hacia un cielo apenas visible por la densa copa de hojas, que proyecta sombras y filtra la luz del sol de manera suave y dispersa.
En el centro, el puente, compuesto por lo que parece ser un solo tronco de árbol, conecta las dos orillas del arroyo. Justo debajo, el agua del riachuelo refleja las formas y colores del entorno, creando una sensación de movimiento y vida. El agua parece fluir tranquilamente, reflejando en sus ondas las sombras de los árboles y los matices del cielo. Alrededor del puente, se nota la vegetación baja, como matorrales y pequeños arbustos que llenan de detalles el primer plano del cuadro.
El hombre, vestido con ropa sencilla de trabajo, se encuentra en el proceso de cruzar el puente, con una postura que transmite tanto equilibrio como cautela, quizás para mantener su estabilidad mientras camina por el tronco estrecho. Su figura aporta dinamismo a la composición, al mismo tiempo que sugiere una narrativa: un momento cotidiano en un día común, capturado en medio de un escenario natural que parece alejado del bullicio de la vida urbana.
En conjunto, la pintura evoca una atmósfera de calma y serenidad, donde la naturaleza juega un papel protagónico en la escena. Los colores suaves y la luz difusa contribuyen a una sensación de tranquilidad, invitando al espectador a contemplar la belleza de lo cotidiano en medio de la naturaleza. El cuadro sugiere una conexión íntima entre el hombre y su entorno, destacando la simplicidad de la vida rural y la armonía que puede encontrarse en los pequeños momentos.