Pictura subastas presenta esta magnífica obra de arte de la escuela valenciana en la que se ve representado un precioso pueblo costero. Se ve una calidad pictórica muy destacable en la obra. Obra muy exclusiva del pintor. · Las medidas de esta obra sin marco son: 50x40x2 cm. · Se trata de un óleo sobre tela con la firma del pintor en el margen inferior derecho, irreconocible. · Esta pieza se encuentra en excelente estado. Procede de una colección privada de Girona. El cuadro será perfectamente embalado por un profesional de IVEX y enviado por Correos o GLS con su código de seguimiento único. Envíos a todo el mundo. ------------------------------------------------------------------ Este cuadro presenta una animada escena portuaria en un día soleado, capturando la vitalidad y el bullicio de un pequeño pueblo costero. La composición está llena de energía y dinamismo, con colores vibrantes y pinceladas expresivas que transmiten el movimiento constante de la vida en el puerto. En el primer plano del cuadro, una barca grande, pintada en tonos de blanco, verde y amarillo, se encuentra amarrada en la orilla. La barca parece estar cargada con mercancías o tal vez aparejos de pesca, y su presencia dominante en la escena sugiere su importancia en la vida diaria de los habitantes del puerto. Junto a la barca, dos figuras humanas interactúan, posiblemente discutiendo o preparándose para la jornada de trabajo. Las personas están representadas con trazos sueltos y colores que se mezclan con el entorno, lo que da la impresión de que forman parte integral del paisaje animado. Detrás de la barca, el puerto se extiende en toda su gloria. Varias embarcaciones más pequeñas están alineadas, pintadas en tonos azul profundo y blanco, destacando contra el agua del puerto. Los mástiles y cuerdas de los barcos añaden una verticalidad a la composición, contrastando con las líneas horizontales del muelle y el puente en el fondo. Estas embarcaciones, aunque diminutas en comparación con la barca en primer plano, aportan una sensación de profundidad y escala a la escena. El fondo del cuadro está dominado por una serie de edificios que parecen antiguos y llenos de historia. Pintados en tonos suaves de amarillo, rosa y gris, los edificios se alzan con sus techos de tejas rojas y ventanas diminutas, cada uno con su propia personalidad. Entre los edificios, un puente de piedra cruza el puerto, uniendo ambos lados de la ciudad y sirviendo como un punto focal que guía la mirada del espectador a través de la escena. El puente, con su arco suave, es un elemento central que añade un sentido de cohesión a la composición, conectando las diversas partes del puerto en una unidad visual. El cielo sobre el puerto está pintado en tonos suaves de azul y verde, con nubes esponjosas que sugieren un día cálido y agradable. Las montañas en el horizonte añaden una sensación de encierro y seguridad, como si el puerto estuviera protegido por la naturaleza que lo rodea. Este contraste entre la energía del puerto y la serenidad de las montañas crea una tensión visual que mantiene el interés del espectador. El uso del color en el cuadro es exuberante y alegre, con pinceladas sueltas que capturan la luz y el movimiento. Los tonos cálidos de amarillo, naranja y rojo en el muelle y los edificios contrastan con los frescos tonos azules y verdes del agua y el cielo. Esta paleta de colores vibrantes no solo añade vitalidad a la escena, sino que también evoca la sensación de calor y vida que caracteriza a los pueblos costeros mediterráneos. En conjunto, este cuadro es una celebración de la vida portuaria, con su mezcla de actividad humana, naturaleza y arquitectura. El artista ha logrado capturar la esencia de un día en el puerto, lleno de color, movimiento y una sensación palpable de comunidad y trabajo. La obra invita al espectador a sumergirse en esta escena vibrante, sintiendo la brisa marina, el calor del sol y la energía de un lugar donde la tierra y el mar se encuentran de manera armoniosa.