Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte de la escuela impresionista catalana donde se ve representado un precioso paisaje nocturno. Se ve una calidad pictórica muy destacable en la obra. Obra muy exclusiva del pintor. · Las medidas de esta obra con marco son: 36x49x5 cm. · Las medidas de esta obra sin marco son: 25x38 cm. · Se trata de un óleo sobre tabla firmado a mano por el pintor en el margen inferior derecho, irreconocible. · Esta pieza se encuentra en excelente estado. · Obra 1/2 de la colección. La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo). Procede de una colección privada de Girona. El cuadro será perfectamente embalado por un profesional de IVEX y enviado por Correos o GLS con su código de seguimiento único. Envíos a todo el mundo. ------------------------------------------------------------------ Este cuadro retrata un paisaje sereno y evocador, en el cual la naturaleza parece fusionarse con el cielo en una sutil armonía de colores. En el centro de la composición se alza un grupo de árboles oscuros, cuyas formas densas y voluminosas contrastan con la suavidad del cielo que los rodea. Estos árboles, algunos de ellos altos y delgados como los cipreses, parecen estar enraizados en un terreno llano y extenso, dominado por tonos verdes y marrones suaves, que sugieren un campo abierto o una pradera en calma. Hacia el lado izquierdo del cuadro, un único árbol delgado se eleva con una delicadeza particular, destacando por su aislamiento y su fragilidad en comparación con el resto del paisaje. Este árbol parece inclinarse ligeramente, como si estuviera reaccionando a una leve brisa, y sus ramas más finas se dispersan suavemente en el aire, dejando que las primeras luces del amanecer o el atardecer las bañen con una paleta de colores cálidos. El horizonte, bañado en tonos pastel que van desde suaves rosados hasta delicados matices violetas y azules, ofrece un espectáculo de luz y color que domina la escena. Las montañas en la distancia están pintadas de manera tenue, como si estuvieran veladas por la niebla o la luz crepuscular, otorgando profundidad y una sensación de vastedad al paisaje. Estas montañas añaden una atmósfera de tranquilidad y quietud, dando la impresión de que el espectador está frente a un momento de paz absoluta, donde el tiempo parece haberse detenido. El cielo es un protagonista en sí mismo, con nubes suaves y esponjosas que se despliegan lentamente a través del lienzo, capturando la luz cambiante del día. Los tonos cálidos y fríos se mezclan de manera armoniosa, creando una sensación de transición entre el día y la noche, o entre estaciones. Esta luz dorada, que parece provenir de un sol que apenas se asoma o se oculta en el horizonte, realza la sensación de serenidad que emana de la escena. En conjunto, este cuadro es una celebración de la calma y la belleza natural. La composición logra transmitir una sensación de equilibrio y paz, donde el espectador puede sentir la quietud del paisaje, el silencio de los campos abiertos y la majestuosidad de los árboles bajo el vasto cielo. La combinación de colores suaves y contrastes sutiles añade una capa de emoción tranquila, invitando a una reflexión contemplativa y pausada.