Juan Blanch (1933) - El puente de Sadernes

Pictura subastas presenta esta magnífica obra de arte de Juan Blanch en la que se ve representado el precioso puente de Sadernes, Girona. Se ve una cualidad pictórica muy destacable en la obra. Obra muy característica y exclusiva del pintor.

· Las medidas de esta obra con marco son: 70,5x86,5x5 cm.
· Las medidas de esta obra sin marco son: 49x65 cm.
· Se trata de un óleo sobre tela firmado a mano por el pintor en el margen inferior derecho, J. Blanch.
· Esta pieza se encuentra en excelente estado.

La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).

Procede de una colección privada de Girona.

El cuadro será perfectamente embalado por un profesional de IVEX y enviado por Correos o GLS con su código de seguimiento único. Envíos a todo el mundo.

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Este cuadro nos presenta un hermoso paisaje natural dominado por un majestuoso puente de piedra que cruza un río serpenteante. El puente, que se arquea elegantemente sobre las aguas tranquilas, parece unirse de forma armoniosa con el entorno que lo rodea. Las rocas que flanquean el río, cubiertas parcialmente por una densa vegetación verde, aportan una sensación de solidez y permanencia a la escena. A su vez, estas plantas que se aferran a las paredes rocosas suavizan la dureza de la piedra y aportan vida a la composición.
El río que fluye suavemente bajo el puente refleja parte del paisaje, creando un espejo natural en el que se multiplican los verdes de los árboles y el marrón claro de las piedras. El agua, de un color verdoso oscuro, transmite calma y frescura, invitando al espectador a imaginarse el sonido del correr del agua en este entorno sereno.
Al fondo, se extienden suaves colinas y montañas que se pierden en la lejanía, cubiertas por una densa neblina que difumina los detalles de las cumbres. Los tonos azulados y grisáceos de las montañas aportan profundidad y distancia, generando una atmósfera tranquila y apacible. El cielo, parcialmente nublado, sugiere una luz suave, filtrada por las nubes, que baña el paisaje en tonos cálidos y dorados.
En conjunto, este cuadro es una representación evocadora de la belleza de la naturaleza, con un equilibrio entre la arquitectura humana y el paisaje natural que invita a la contemplación. La serenidad del entorno y la delicadeza en la representación de los detalles hacen que el espectador sienta una conexión profunda con el espacio, como si pudiera caminar bajo el arco del puente y perderse en el paisaje que se extiende más allá.