Francesc Carreró (1927) - Paisaje de pueblo impresionista

Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Francesc Carreró, que representa un tranquilo paisaje rural con un pequeño pueblo bajo un cielo nublado, evocando serenidad y conexión entre la naturaleza y la vida humana. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.

· Dimensiones con marco: 35x40x4 cm.
· Dimensiones sin marco: 18x23 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la parte inferior derecha, F. Carreró.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación (VER FOTOS).
· La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).

La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.

Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.

El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos o GLS con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.

------------------------------------------------------------------

Este cuadro retrata un paisaje rural con una sensación de serenidad y espacio abierto. En el centro de la composición se destaca un pequeño pueblo que parece rodeado por la naturaleza, con tejados de diferentes tonos rojizos y una torre de iglesia visible, destacando entre los edificios. La luz que baña la escena es suave, tal vez indicando un momento de calma antes o después de una tormenta. El cielo, que ocupa una gran parte de la composición, está cubierto de nubes grises y esponjosas que, aunque densas, permiten filtrar algunos rayos de luz que iluminan el paisaje de manera tenue.
En el primer plano, dos árboles altos se levantan en solitario, como testigos del paso del tiempo y las estaciones. El follaje verde se mezcla con tonos marrones y ocres, que reflejan la vegetación que rodea el pueblo, probablemente campos de cultivo o tierras de labranza. El terreno parece dividido en franjas que marcan el trabajo del hombre sobre la tierra, con surcos que sugieren la presencia de un camino o una zona dedicada a la agricultura. La sensación de amplitud y distancia entre los elementos refuerza la calma que el lugar transmite.
El horizonte bajo permite que la mirada se pierda en la vastedad del cielo, sugiriendo una atmósfera de quietud que invita a la contemplación. La sencillez de los elementos, sin grandes detalles o adornos, centra la atención en la relación entre el cielo, la tierra y las construcciones humanas, transmitiendo una sensación de equilibrio y armonía.
En conjunto, este cuadro refleja una escena cotidiana del campo, capturando la esencia tranquila de un pequeño pueblo rodeado de naturaleza. El equilibrio entre los colores del paisaje, el cielo nublado y los detalles de las construcciones rurales logran una imagen que invita a la paz y la serenidad, destacando la belleza de lo cotidiano.