Francesc Galobardes (1930) - Els Hostalets d'en Bas

Pictura subastas presenta esta magnífica obra de arte de Francesc Galobardes en la que se ve representado una preciosa calle de Hostalets d'en Bas, Girona. Se ve una cualidad pictórica muy destacable en la obra. Obra muy exclusiva del pintor.

· Las medidas de esta obra con marco son: 68x77x6 cm.
· Las medidas de esta obra sin marco son: 45x54 cm.
· Se trata de un óleo sobre tela con la firma del pintor en el margen inferior izquierdo, Galobardes.
· Esta pieza se encuentra en excelente estado.

La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).

Procede de una colección privada de Girona.

El cuadro será perfectamente embalado por un profesional de IVEX y enviado por Correos o GLS con su código de seguimiento único. Envíos a todo el mundo.

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Este cuadro nos transporta a un pintoresco pueblo de montaña, enmarcado por majestuosas cumbres azules que se elevan en el horizonte. La composición se centra en una calle amplia y empedrada que guía la mirada del espectador hacia una iglesia situada al fondo, cuya torre con tejado rojo se alza como punto focal. A ambos lados de la calle, las fachadas de las casas se disponen ordenadamente, mostrando balcones llenos de flores coloridas, creando un ambiente vibrante y acogedor.
El pavimento de la calle muestra una interesante combinación de tonos grises y rosados que sugieren un camino antiguo y bien transitado, reflejando la historia y la tranquilidad del lugar. Los edificios, con techos de tejas rojizas, están alineados de manera simétrica, contribuyendo a la sensación de calma y equilibrio en la escena. Los balcones adornados con macetas de flores rojas y verdes añaden un toque de frescura y vida, contrastando con las paredes beige y gris de las edificaciones.
En la distancia, se puede ver a varias personas paseando por la calle, algunas de ellas solas y otras en parejas, lo que infunde una sensación de comunidad y vida cotidiana. Una figura vestida de rojo, posiblemente un ciclista, se encuentra más cerca del espectador, añadiendo dinamismo a la composición y guiando la mirada hacia el centro del cuadro y, finalmente, hacia la iglesia. Las montañas al fondo, pintadas en tonos de azul profundo y púrpura, sugieren una atmósfera de serenidad y protección, como si el pueblo estuviera acogido en un abrazo natural.
En conjunto, el cuadro refleja una atmósfera de paz y sencillez, capturando un momento sereno en un pequeño pueblo de montaña. La composición armoniosa y los colores suaves transmiten una sensación de calma y refugio, invitando al espectador a sumergirse en la belleza y tranquilidad de este idílico rincón del mundo. La mezcla de elementos arquitectónicos y naturales crea un equilibrio perfecto entre la vida humana y el entorno, evocando una sensación de nostalgia por la vida sencilla y el entorno natural.