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Escrito por Lisa Kok l 5 de julio de 2018
El arte puede resultar difícil y a veces incluso un poco intimidante para el espectador ocasional. A veces pensamos que los expertos son los únicos que pueden entender el arte. Pero afortunadamente no es cierto. El arte puede ser accesible para todo el mundo, y en la sección de 'Consejos del experto' de esta semana nuestra experta Lisa Kok explica los tres pasos que hay que seguir cuando se observan cuadros.
Cuando miramos algo, tanto si es una obra de arte como otra cosa diferente, nuestro cerebro la examina y genera un significado. Hay diferentes pistas que configuran nuestra comprensión de las imágenes, a menudo incluso de forma inconsciente. De modo que, cuando observamos arte, básicamente tenemos que ralentizar el proceso que ya se está dando en la mente. Solamente hay que seguir tres pasos simples, pero muy efectivos, para ser conscientes de este proceso.
Paso 1: echa un vistazo
Este paso puede sonar muy obvio, pero realmente no lo es. La gente no suele dedicar mucho tiempo a mirar las obras de arte. En los museos los visitantes pasaron apenas una media de 15 segundos delante de una pintura. Empecemos, pues, dedicándole algo de tiempo a darnos cuenta de qué estamos mirando. Trata de prestar atención al tamaño, los colores y el material de la obra de arte. ¿Qué tipo de formas y lineas se muestran? ¿Cómo es la composición de la pintura? ¿Qué texturas se ven? Todos estos elementos visuales diferentes los decidió deliberadamente el artista y, por lo tanto, determinarán la sensación general y el significado de la obra.
Paso 2: entender lo que hay
Entender no es lo mismo que mirar. Mientras que mirar va de describir qué hay delante, entender requiere darle un significado a una imagen. Es lo que se denomina iconografía en términos de historia del arte. En los cuadros vemos símbolos que podemos interpretar.
La iconografía puede ser fácil o más difícil de interpretar en función de la obra. La iconografía del famoso 'Bal du Moulin de la Galette' (1876) de Pierre-Auguste Renoir, por ejemplo, es relativamente sencilla; se reconoce de inmediato qué sucede en la escena. La iconografía de pinturas más abstractas, como 'Les Demoiselles d'Avignon' (1907) de Pablo Picasso, u obras completamente abstractas de Jackson Pollock, es mucho más difícil de interpretar. Aun así, puedes tratar de reconocer formas, líneas o motivos y determinar las sensaciones que te dan.
El último paso es pensar sobre lo que has observado. Conecta los dos primeros pasos y piensa en posibles interpretaciones. Dar sentido es algo relativo; no se trata de hechos.
El contexto más general de una pintura te ayudará a interpretar más fácilmente la obra de arte. Tal contexto se puede encontrar mediante etiquetas y descripciones. Pueden ayudarte a ubicar la obra en un periodo concreto y relacionarla con un artista o movimiento. Tal vez incluso tengas ya algunos conocimientos sobre el tema. Con toda esta información serás capaz de unir todas las piezas en tu mente y llegar a tu propia interpretación.
Convertirse en entusiasta del arte
Combinando los elementos de estos tres pasos puedes darle sentido a una pintura, algo que te puede ayudar cuando pujes por obras de arte en nuestras subastas semanales de arte. No es muy difícil convertirse en coleccionista de arte. Todo lo que se necesita realmente es algo de práctica, fijarse en los detalles, una pasión por el arte y conseguir tu primer lote.
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