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Escrito por Beulah | 18 de junio de 2020
A la comunidad LGTBI+ las muñecas les llevan gustando y las llevan coleccionando casi tanto tiempo como los coleccionistas heterosexuales y cisgénero, pero las muñecas y muñecos gais tradicionalmente han ocupado un nicho extremadamente limitado en el mercado de los juguetes. Desde ser una curiosidad hasta ser unos básicos convencionales y de colección muy valorados, así ha sido la evolución de los muñecos gais.
En 1977 un antiguo ejecutivo de la publicidad llamado Harvey Rosenberg creó el primer muñeco abiertamente gay: Gay Bob. Con 13 pulgadas de alto, Gay Bob iba vestido con franela, vaqueros ajustados, botas de cowboy y llevaba un pendiente en la oreja izquierda. Se vendía en una caja de cartón diseñada para que pareciera un armario, junto con un folleto que detallaba sus otros trajes, e incluso los coleccionistas tenían la opción de comprar un segundo Gay Bob por un precio reducido. El lanzamiento de Gay Bob tuvo una recepción heterogénea. Mientras que algunos fans estaban emocionados al poder incorporar el nuevo muñeco, relativamente inusual, a sus colecciones, otros se apresuraron a ridiculizar a Gay Bob como ‘propaganda gay’, y los críticos conservadores expresaron su preocupación de que Gay Bob pudiera llevar a los niños a ver la homosexualidad como una parte normal de la vida.
Hubo una serie de factores que marcaron a Gay Bob como muñeco solo para adultos. Para empezar, Gay Bob tenía genitales, en contraste con las famosas entrepiernas lisas de Ken y G.I. Joe, y se vendía casi exclusivamente a través de revistas gais de venta por correspondencia. En ese momento, la homosexualidad seguía siendo ilegal en muchos de los mercados de Gay Bob y, si bien tener una muñeco gay no era ilegal, muchos consideraban que la homosexualidad era un tema tabú para los niños. Este aura de ser para adultos destruyó parte del encanto de Gay Bob para los coleccionistas, ya que tener un público limitado significaba que Gay Bob carecía de los amigos, casas, vestidos, mascotas y coches llamativos que sí tenían muñecas populares como la Barbie.
Gay Bob con su catálogo de ropa y su caja-armario
No fue hasta 1997 que los creadores de juguetes intentaron remediar la falta de accesorios y amigos que acompañan a las líneas de muñecas más exitosas. El muñeco Billy fue creado por un par de artistas, John McKitterick y Juan Andres, que querían llamar la atención sobre cuestiones sociales que afectan desproporcionadamente a la comunidad LGTBI+: visibilidad gay, sexo seguro, investigación sobre el SIDA y la necesidad de voces diversas. La línea de muñecos Billy se dirigía a un público mucho más amplio que los muñecos Gay Bob: Billy tenía un novio puertorriqueño y un amigo afroamericano, tuvo fiestas de salida del armario en clubes exclusivos (humanos) y un álbum de música dance, apareció en galerías y museos científicos, y se vio implicado en una serie de disputas legales. En 2004 McKitterick y Andres anunciaron que los muñecos Billy habían cumplido su objetivo original de crear conciencia y que se pondría fin a la línea.
Los diferentes intentos de crear y comercializar muñecos gais para el mercado gay fueron recibidos con cierto éxito, pero carecieron del atractivo generalista que muchos coleccionistas de muñecas codiciaban. Un muñeco puede ser un recordatorio de la infancia o de un sueño infantil incumplido, algo de lo que los muñecos gais comercializados para adultos quedan inmediatamente al margen. Los coleccionistas de muñecas también forman sus propias comunidades, manteniendo al día con entusiasmo a sus compañeros sobre los últimos muñecos para incorporar a su colección y compartiendo consejos sobre cómo encontrar las gafas de sol rosas de la Barbie Sunset Malibu o una muñeca Stacey Twist n Turn de 1968. De nuevo, los coleccionistas de muñecos gais cuentan con una comunidad mucho más pequeña y, por lo tanto, la camaradería que puede aportar el coleccionismo de muñecas es limitada. Todo esto nos lleva a explicar de alguna manera el fenómeno del Ken Earring Magic.
En 1993 Mattel introdujo la línea Earring Magic de Barbie: seis muñecas, todas con pendientes ‘a la última’ y pendientes de tamaño humano a juego para que sus dueños los utilizaran. El Ken Earring Magic se suponía que era uno entre muchos, un novio apropiadamente atractivo que llevara en coche a la Barbie Earring Magic por la ciudad y con el que pasara el rato a la piscina Wet 'n Wild de Barbie. Los nuevos aspectos destacados de Ken, su camiseta lavanda de rejilla, el pendiente en la oreja izquierda y el hecho de que llevara un colgante circular plateado alrededor del cuello (similar en apariencia a un popular juguete sexual), comportaron que el Ken Earring Magic rápidamente fuera aclamado como icono gay y pronto eclipsó a su novia (que con suerte encontró el amor en los brazos de uno de sus otros amigos de Earring Magic).
La línea Earring Magic de Barbie, con el Ken Earring Magic y su camiseta lila de rejilla
Aunque el Ken Earring Magic no hubiera estado fuera de lugar en un bar gay, ¿por qué a los coleccionistas LGTB+ les interesaba tanto reclamarlo como uno de los suyos, especialmente si tenemos en cuenta que ya existían muñecos gais como Gay Bob y Billy?
Para empezar, está el tema de la aceptación. Los estereotipos homófobos de que las personas LGTBI+ (especialmente los hombres) son depredadoras de niños o que la homosexualidad es en cierto modo obscena, implica que un hombre que coleccione muñecas cargue con un estigma adicional. El marketing de muñecos gais solo para adultos agravó este estigma, y es comprensible que mucha gente LGTBI+ prefiera distanciarse de esas asociaciones y centrarse más bien en muñecas convencionales. El auge del Ken Earring Magic ayudó a combatir estos estereotipos, demostrando que el hecho de que un muñeco sea queer no necesariamente implica que su atractivo comercial se vea perjudicado. Del mismo modo, los entusiastas disfrutan identificando retroactivamente a muñecos gais, como las figuras de celebridades como el luchador Darren Young, el actor George Takei, los cantantes Lance Bass y Jonathan Knight, algo que ha contribuido a ver más los muñecos gais con otros ojos.
En los últimos años, varias empresas jugueteras se han dado cuenta de todo esto y trabajan para ser más inclusivas. En 2017 Mattel le dio oficialmente una novia a Barbie, Aimee, seguida en 2019 de la primera muñeca de género neutro de la marca. Y en 2020 los grandes almacenes estadounidenses Kmart lanzaron una línea de familias de muñecas de género mixto y neutro. Es un movimiento positivo para los coleccionistas de muñecas de todas las identidades sexuales. Una mayor diversidad de muñecas crea más opciones y los coleccionistas LGTBI+ ya no tienen que elegir entre coleccionar juguetes con los que se identifican o limitarse a disfrutar con un coleccionismo de carácter más generalista.
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