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Escrito por Tom | 30 de enero de 2020
Los Oscar llegan cada año con una sensación renovada de pompa y grandilocuencia. Y si bien las películas ofrecen el atractivo, son los asistentes y sus atuendos lo que atrae a fervientes multitudes. Cantidades sin precedentes de piedras preciosas y joyas increíblemente inusuales abandonan las frías cajas fuertes de las marcas de lujo para su tiempo prestado en el centro de todas las miradas. Con la ayuda del experto en joyas Jonathan Cox hemos analizado un puñado de joyas que merecen su propio Oscar y nos hemos fijado en sus brillantes historias de fondo.
‘Titanic’ no fue lo único que causó revuelo en la 60.ª edición de los Premios Oscar; la actriz Gloria Stuart, nominada a Mejor Actriz de Reparto por su papel en la película, llegó luciendo una de las joyas más caras que han adornado la alfombra roja. El collar con un diamante de 15 quilates, diseñado por Harry Winston, valía unos 20 millones de dólares. Su atractivo, no obstante, residía en su simbolismo. La pieza central del collar era una réplica de dos notables diamantes azules: el collar de ficción ‘Heart of the Ocean’ que lucía la heroína del filme, Rose, y el legendario y real ‘Hope Diamond’.
Este diamante azul acerado, que se cree que procede de India y que perteneció al rey Luis XIV de Francia, se dice que encierra una maldición que lleva desgracias a quien lo lleva. Por suerte para Stuart, las maldiciones no se aplican a las réplicas y su collar únicamente le ha dado buena suerte, por lo menos a los ojos de los aficionados a las piedras preciosas.
En la imagen: Gloria Stuart con su propio 'Heart of the Ocean'
Coronada como reina de las joyas, Elizabeth Taylor fue reconocida durante mucho tiempo por su pasión por las piedras preciosas, e incluyo sacó un libro titulado My Love Affair With Jewelry. De los pendientes largos de diamantes y esmeraldas con forma de pera hasta su icónico broche de esmeraldas, los accesorios de Taylor para los Oscar fueron infinitamente lujosos y consecuentemente impresionantes. Tal vez su joya más icónica y personal fue el diamante Taylor-Burton, diseñado y regalado a ella por su entonces pareja y antiguo compañero de reparto Richard Burton. Cuando se le preguntaba sobre el rodaje de ‘Cleopatra’ en Roma con Taylor, se dice que Burton remarcó: ‘lo único que Elizabeth sabe en italiano es Bulgari’.
Antes de los Oscar de 1970, Burton se enfrentó a Cartier en una subasta de diamantes para asegurarse una piedra de 68 quilates. Al final perdió la subasta, pero convenció a Cartier para que le vendiera la pieza por 1,1 millones de dólares, 100 000 dólares más de lo que Cartier había pagado en la subasta. Al recibir el diamante, Taylor lo convirtió en collar, supuestamente porque el diamante era muy grande y podía ocultar la cicatriz de una traqueotomía en su pecho. A día de hoy aún es una de las joyas más perdurables en la historia de los Oscar.
Las obras de Tiffany & Co son omnipresentes en los Oscar, pero su joya de la corona no resurgió hasta recientemente para hacer una aparición. ¿La joya? Un diamante amarillo lucido en un collar por Lady Gaga en la 91.ª edición de los Premios Oscar. ‘Es sin lugar a dudas una de las joyas más exclusivas y extravagantes que ha habido jamás en la alfombra roja’, dice Jonathan. ‘Es uno de los diamantes amarillos más grandes del mundo y fue adquirido por el propio Louis Tiffany’. Y con 128,54 quilates, Tiffany lo atesora como parte de su archivo. Guardado normalmente bien seguro, se sacó de la caja fuerte por primera vez desde que Audrey Hepburn lo luciera en los años 1960 durante la promoción de Desayuno con diamantes. En el caso de Lady Gaga, le quiso rendir homenaje a la imagen eterna de Hepburn (copiando el vestido negro y los guantes); la piedra engastada en un collar de diamantes blancos a medida, rodeada de 62 diamantes blancos.
Lady Gaga ha sido la primera persona desde Audrey Hepburn en llevar el preciado ‘diamante Tiffany’
Se conoce ampliamente como ‘diamante Tiffany’ y existe desde antes de la propia industria del cine, habiéndose descubierto en 1877. Y si bien es un activo celosamente guardado, esto no ha evitado que el diamante de vez en cuando acapare todo el protagonismo, incluyendo la Feria Mundial de Nueva York de 1939-40 y, naturalmente, en los últimos Premios Oscar.
Las joyas en los Oscar se han convertido en algo así como un acontecimiento, pero también hay una inteligente estrategia empresarial detrás. ‘En las últimas 2 décadas aproximadamente las casas más exclusivas se han centrado más en mostrar joyas tanto clásicas como extravagantes. Harry Winston, Bulgari, Tiffany, Chopard y Cartier están normalmente presentes y prestan joyas como artículos promocionales para generar conciencia de marca global’, cuenta Jonathan. ‘Los precios están muy por lejos del alcance para la mayoría de nosotros, pero ayudan a orientar al público hacia sus colecciones más asequibles como algo a lo que aspirar’.
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