Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Miquel Torner de Semir, que representa la conexión simbólica entre el cielo dinámico y la tierra texturizada, creando un paisaje abstracto que evoca tanto la naturaleza como la intervención humana. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite. · Dimensiones sin marco: 19,5x20x1 cm. · Óleo sobre tabla firmado a mano por el artista en la parte inferior izquierda, Miquel Torner de Semir. · La pieza se encuentra en perfecto estado de conservación. La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona. Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote. El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte. El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional. ------------------------------------------------------------------ Este cuadro captura la esencia melancólica y tranquila de una calle histórica bajo un cielo grisáceo. El ambiente que envuelve la composición parece sugerir un día nublado o ligeramente lluvioso, reflejando una atmósfera de introspección y serenidad. Las fachadas de los edificios, con sus tonos apagados de grises y ocres, parecen haberse mimetizado con la luz tenue del entorno. En el fondo, las cúpulas de una iglesia se elevan majestuosamente, destacándose entre el horizonte urbano con una sutileza que no roba protagonismo a los demás elementos, sino que los complementa. Estas estructuras añaden un aire de solemnidad y atemporalidad al paisaje. El camino que serpentea por el centro de la escena, húmedo y reflejante, guía la mirada del espectador hacia el corazón de la composición, donde las figuras humanas diminutas sugieren movimiento y vida. Los transeúntes, vestidos con formas apenas esbozadas, dotan al cuadro de una dimensión narrativa, insinuando historias de la vida cotidiana. A un lado, la vegetación aparece en suaves tonos verdes y amarillos, en contraste con las líneas rectas y angulosas de los edificios, aportando un delicado equilibrio entre la naturaleza y la arquitectura. Los faroles que adornan la calle, aunque simples y discretos, añaden un toque pintoresco que evoca épocas pasadas. La textura de las pinceladas, marcadas y visibles, proporciona dinamismo y una sensación táctil que hace que la escena cobre vida. Los trazos del cielo, con sus remolinos de color, parecen emular el movimiento de las nubes y crean una atmósfera que envuelve todo el paisaje en un halo de misterio. En conjunto, este cuadro logra transmitir una sensación de calma y nostalgia. El contraste entre los tonos sombríos y las pinceladas de luz crea un equilibrio visual que resalta tanto la belleza arquitectónica como el carácter poético del entorno. Es una obra que invita a contemplar y reflexionar, transportando al espectador a un rincón sereno y evocador de una ciudad histórica.