Lluís Domingo Abelló (1917) - Rincones de la costa - NO RESERVE

Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Domingo Abelló, que representa la armonía entre el mar y un pintoresco pueblo costero, bajo un cielo de colores suaves y luminosos. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.

· Dimensiones sin marco: 37,5x46x1 cm.
· Óleo sobre tabla firmado a mano por el artista en la parte inferior izquierda, Domingo Abelló.
· La pieza se encuentra en perfecto estado de conservación.

La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.

Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.

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Este cuadro representa una costa vibrante y luminosa que se extiende bajo un cielo amplio y lleno de matices. En el primer plano, se distingue el azul profundo del mar que parece estar en constante movimiento, representado con pinceladas vigorosas y fluidas que evocan las olas ondulantes que llegan hasta la orilla. La superficie del agua está salpicada de destellos en tonos verdes y azules más claros, que reflejan la luz cambiante del cielo. Este mar enérgico contrasta con la quietud de la costa, donde las edificaciones blancas y ocres del pequeño pueblo costero se alinean a lo largo de una estrecha franja de tierra.
A la derecha del cuadro, el mar se extiende hasta el horizonte, donde el azul se mezcla suavemente con los tonos cálidos del cielo. En el extremo izquierdo de la composición, el pueblo parece integrarse armoniosamente con el paisaje circundante, con sus techos de tejas anaranjadas que añaden calidez y contraste al conjunto. Los edificios son bajos y sencillos, destacándose una pequeña iglesia con una torre campanario que aporta un toque pintoresco y tradicional. Más allá del pueblo, la costa continúa hacia una serie de colinas verdes y ondulantes que crean una barrera natural antes de perderse en la distancia.
El cielo es un elemento central en esta obra, con tonos amarillos, rosados y celestes que se mezclan entre sí, dando una atmósfera serena y ligeramente nostálgica al paisaje. Las pinceladas en el cielo son suaves pero dinámicas, reflejando un día soleado y ventoso, donde las nubes parecen desplazarse rápidamente. La paleta de colores, entre los tonos cálidos de la tierra y los fríos del mar y el cielo, crea una armonía que transmite paz y belleza.
En conjunto, el cuadro evoca la tranquilidad de un día junto al mar, capturando la esencia de un rincón costero que combina el esplendor natural del mar con el encanto sencillo de un pueblo que parece inmerso en un tiempo detenido. La energía del mar y la calma de la arquitectura se fusionan en una imagen llena de vida, color y movimiento.