Narcís Subirana (XX) - Silencio invernal

Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Narcís Subirana, que representa un paisaje invernal tranquilo, donde la inmensidad de la nieve, los árboles desnudos y un arroyo sereno invitan a una reflexión profunda en medio de la calma de la naturaleza. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.

· Dimensiones con marco: 54x62x5 cm.
· Dimensiones sin marco: 36x44,5 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la parte inferior derecha, N. Subirana.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación.
· La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).

La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.

Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.

El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX, utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos o GLS con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.

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Este cuadro presenta una escena invernal serena, en la que un extenso paisaje nevado se extiende hasta el horizonte, donde se vislumbran algunas construcciones que podrían pertenecer a una casa de campo o una iglesia distante. El camino central, ligeramente marcado, parece tallado por el curso de un pequeño arroyo, que refleja el entorno frío y blanco. Los árboles que enmarcan la escena, despojados de gran parte de su follaje por la estación, muestran ramas delgadas cubiertas de nieve, proyectando un aire de quietud y melancolía. El cielo, que combina suaves tonos amarillentos y grisáceos, sugiere que el amanecer o el atardecer está por llegar, aportando una ligera calidez a un paisaje predominantemente frío. Este juego de luces y sombras sobre la nieve blanca ofrece un contraste que invita a la contemplación, subrayando la paz del invierno.
En conjunto, el cuadro evoca una atmósfera de calma y aislamiento, donde la naturaleza se presenta en su forma más austera y pura. Los detalles del paisaje, como los árboles, las suaves colinas y el sendero serpenteante, transmiten la sensación de un tiempo detenido, donde la vida parece haberse resguardado en los edificios lejanos, dejando el espacio exterior en un estado de tranquila inmovilidad.