École Française (XX) - Scène de tous les jours

Pictura subastas presenta esta magnífica obra de arte de la escuela francesa o catalana en la que se ve representado una preciosa escena cotidiana. Se ve una cualidad pictórica muy destacable en la obra. Obra muy característica y exclusiva del pintor.

· Las medidas de esta obra con marco son: 33x28,5x2 cm.
· Las medidas de esta obra sin marco son: 25,5x21 cm.
· Se trata de un óleo sobre tabla firmado a mano por el pintor en el margen inferior izquierdo, irreconocible.
· Esta pieza se encuentra en excelente estado.

La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).

Procede de una colección privada de Girona.

El cuadro será perfectamente embalado por un profesional de IVEX y enviado por Correos o GLS con su código de seguimiento único. Envíos a todo el mundo.

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Este cuadro retrata una escena tranquila en un parque, donde la luz del sol filtra suavemente a través de los árboles, creando un juego de sombras y reflejos en el césped y en el sendero. En el centro de la composición, un banco de color rojo destaca, en el que dos figuras están sentadas. A la izquierda, un hombre vestido de manera informal, con una camisa clara y pantalones oscuros, está interactuando con una pequeña niña. La niña, que lleva un vestido azul claro, parece estar hablando o mostrando algo al hombre, quien la observa con atención. Esta interacción sugiere una conexión cercana, probablemente de padre e hija, lo que añade un toque de ternura y familiaridad a la escena.
A la derecha del banco, se encuentra otra figura masculina, esta vez con una postura más relajada y formal. El hombre, vestido con un traje oscuro, sostiene un periódico en sus manos mientras lo lee, inmerso en su propia actividad. Aunque está físicamente cerca de las otras dos figuras, parece emocionalmente distante, ocupando su propio espacio y momento de tranquilidad. La diferencia entre las dos figuras masculinas, una atenta a la niña y la otra absorta en su lectura, crea un contraste interesante en la escena.
El fondo del cuadro está dominado por una frondosa vegetación, con grandes árboles que se alzan hacia el cielo, algunos bañados por la luz del sol, que pinta las hojas de un verde brillante. La luz juega un papel crucial en este paisaje, iluminando ciertos rincones y dejando otros en sombras más profundas, lo que aporta una sensación de profundidad y dinamismo al parque. Los colores verdes, marrones y dorados del entorno natural contrastan con el rojo vibrante del banco y los tonos claros de las figuras humanas, haciendo que la escena parezca viva y cálida.
En conjunto, este cuadro capta un momento cotidiano de calma y serenidad en un espacio público, donde el tiempo parece detenerse por un instante. Las interacciones humanas sencillas y la naturaleza que los rodea se combinan para crear una sensación de paz y armonía, evocando la belleza de los pequeños momentos compartidos en un entorno natural. La composición transmite tanto el sosiego de la naturaleza como la conexión íntima entre las personas, lo que convierte a esta obra en un reflejo poético de la vida diaria.