Manuel Cortada (1939) - El Port de Pescadors, Barcelona

Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte de Manuel Cortada donde se ve representado el precioso puerto de pescadores de Barcelona. Se ve una cualidad pictórica muy destacable en la obra. Obra muy exclusiva del pintor.

· Las medidas de esta obra sin marco son: 50x60,5x2 cm.
· Se trata de un óleo sobre tela firmado a mano por el pintor en el margen inferior derecho, M. Cortada.
· Esta pieza se encuentra en buen estado, presenta dos pequeños e imperceptibles agujeros.

Procede de una colección privada de Girona.

El cuadro será perfectamente embalado por un profesional de IVEX y enviado por Correos o GLS con su código de seguimiento único. Envíos a todo el mundo.

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Este cuadro representa una tranquila escena portuaria al amanecer o atardecer, donde varias embarcaciones están ancladas junto al muelle, reflejándose suavemente en el agua. Las barcas, de diferentes tamaños y colores, parecen estar preparadas para zarpar, pero en este momento descansan en calma. Los colores pastel y los suaves matices rosados en el cielo sugieren una luz difusa, posiblemente de un sol que está a punto de desaparecer o que recién comienza a brillar, lo que aporta una atmósfera de serenidad y silencio.
A lo lejos, se pueden distinguir otras embarcaciones, parcialmente veladas por una leve bruma que cubre el puerto, dando la sensación de profundidad y distancia. El puerto mismo está compuesto por una mezcla de estructuras industriales, grúas y almacenes que parecen fundirse en el fondo, mientras que los barcos en primer plano, mucho más detallados, capturan la atención del espectador. Los reflejos en el agua añaden una capa extra de realismo, con ondas sutiles que distorsionan levemente las formas de las embarcaciones.
El muelle, en tonos más oscuros, contrasta con los colores claros de los barcos, mientras que los detalles como una grúa o polea sugieren que este puerto está en constante movimiento, aunque en este preciso momento todo está en calma. Las barcas más cercanas al espectador muestran tonalidades verdes y azuladas, contrastando con el suave tono rosado del cielo que baña el escenario.
En conjunto, este cuadro nos sumerge en la quietud de un puerto en descanso, capturando un momento de pausa en un espacio usualmente lleno de actividad. La combinación de luces suaves, la bruma distante y el reflejo calmado en el agua crean una atmósfera serena, casi melancólica, evocando la tranquilidad previa o posterior a un día de faena en el mar.